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Seis tesis sobre fracturas sociales y su relación con los espacios urbanos: el caso uruguayo (página 2)




Enviado por Douglas Ifrán



Partes: 1, 2

En el marco de ese cambio se produce la
desaparición de una serie de anclajes de primera
línea que mantenía una parte importante del
entramado social. La política aperturista impuesta
determinó que la industria orientada al mercado
interno,-que ocupaba un número considerable de personas.,
falta de las barreras protectoras, sucumbe ante las importaciones
masivas de productos. La que se mantiene lo hace de cara a la
exportación e incorpora una tecnología que a su vez
elimina puestos de trabajo. Simultáneamente crece el
sector terciario. En el mismo se hacen evidentes dos grandes
ejes: por un lado los mejor remunerados plantean una exigencia de
preparación que dejan fuera a la inmensa mayoría de
los nuevos desocupados. Por otra parte, se ofrecen una serie de
puestos de trabajo sin exigencias de calificación pero que
ofrecen remuneraciones bajas. De cualquier manera la oferta
generada es cada vez más escasa dado el costo creciente de
la creación de un puesto de trabajo, medido esto en montos
a invertir. La inestabilidad laboral pasa a ser un elemento
natural de la escena y ello repercute sobre la cotidianidad y
vacía las formas de instrucción tradicionales al
tornarlas obsoletas en un lapso de tiempo escaso.

De modo general observamos que el Estado se retrae en
muchas de sus áreas, si bien se observa una mayor
política de control en los últimos años. Si
bien continúa el crecimiento de los funcionarios
públicos, estos no están en áreas
productivas ni en enclaves estratégicos de los
servicios.

Este conjunto de elementos, sumado a las circunstancias
políticas vividas durante la dictadura, alimentaron un
proceso emigratorio hacia el exterior. El mismo debilitó
aún más los sectores medios, de allí
proviene la mayoría de emigrantes, con lo que la
diferenciación social se acentúa y favorece el
quiebre del entramado social. De esta rápida
consideración no podemos dejar fuera la "ley de
alquileres" – una de las primeras aprobadas por la dictadura –
que significó en los hechos una reingeniería social
de las poblaciones sobre el terreno urbano. Los enclaves de
pobreza que se mantenían en zonas provistas de los
servicios básicos, son vaciados por el mercado o por la
fuerza como en el caso sucedido en los barrios Sur y Palermo. Esa
migración interior al especio urbano rompe con la
identidad barrial que constituía un elemento clave en la
construcción de identidad y de
contención.

Se acentúa la presencia de los asentamientos
irregulares y se observa un fenómeno de
tugurización de en determinadas zonas. El impacto de esto
no ha sido evaluado adecuadamente tanto desde el punto de vista
sociológico como desde el ángulo de la
cultura.

Un giro sustancial se produce a partir de la
década de los 90 en que el modelo de explotación
agrícola comienza a modificarse, adquiriendo particular
dinámica en el presente siglo. Las transformaciones del
mercado mundial de alimentos y el avance de las grandes
transnacionales, lleva a que la agricultura gane espacio en
detrimento de la ganadería tradicional. La
producción ovina pierde un espacio y volumen muy
considerable, en su lugar aparece una forma mixta de
ganadería que se sitúa entre la cría
intensiva y la forma extensivo – natural. El ciclo ha sido
acortado a casi la mitad a la vez que se ha mejorado la calidad
de las carnes producidas.

La agricultura ahora se lleva adelante con cultivos que
implican una alta tecnología, el empleo de semillas
surgidas de la biotecnología, y sobre todo con una
relativa baja demanda de manos de obra. Por tanto los mecanismos
de expulsión han continuado actuando y la
disminución de la población rural continúa
descendiendo.

El nuevo modelo se aplica sobre grandes superficies lo
que ha determinado una sobredemanda de tierras la que ha llevado
a una elevación del precio de la misma. Este hecho
conjuntamente con las demandas de determinados rendimientos
acordes a las ecuaciones de costos internacionales, lleva a que
los pequeños e incluso medianos propietarios se vean
afectados. De manera sistemática desaparecen unidades
productivas familiares lo que implica el desplazamiento de esta
población.

Si miramos la proyección en el tiempo de la
población rural podemos observar una sistemática
disminución tanto en volumen como en lo referente a su
peso dentro del conjunto.

Si comparamos los extremos de la serie que
señaláramos anteriormente en 1963 la
población rural representaba el 19.2 % mientras que en el
2011, era apenas de algo más del 5%.

La combinación de ambos elementos nos permite
confirmar nuestra hipótesis respecto a que la
expulsión de población rural responde a factores
estructurales relacionados con el funcionamiento capitalista de
la producción.

La acumulación de tierras se ha incrementado y la
población se ha visto incrementada desencadenando procesos
de crecimiento que no han permitido ser acompañadas de
planificación tanto referente a la infraestructura de
servicios imprescindibles, como a lo que se refiere a la
generación de empleos y formas de integrar esa masa de
gente.

El modelo general de explotación de la tierra ha
determinado que las zonas agroeconómicas tradicionales se
modifiquen y se produzca una suerte de sumatoria de islas que
llevan a que se practiquen cultivos como el arroz en suelos
totalmente inadecuados lo que sólo es posible a costa de
una masificación en el uso de agroquímicos con su
consecuente efecto contaminante. Paralelamente es posible
apreciar un deterioro acentuado de determinadas zonas que
tradicionalmente se han destinado a las tareas
agrícolas.

El aparente desarrollo del sector está implicando
un costo encubierto muy importante en términos sociales y
medio ambientales. Ello no siempre es evaluado en los balances
optimistas que se presentan a la consideración
pública. ¿En qué medida no estamos sembrado
problemas e hipotecando el futuro de nuestro suelo?

Este modelo agroexportador que se estimula tiene la
particularidad de acentuar la vulnerabilidad general de nuestra
economía.

  • Se hace más dependiente de las decisiones que
    se toman por parte de las transnacionales.

  • A la dependencia tradicional de equipos,
    energía e insumos se suma ahora el tema de las
    semillas transgénicas.

  • Está basado en inversiones de corto plazo que
    responden a una determinada situación de los mercados
    internacionales. No implican niveles de inversión
    permanente que los transformen en sustentables a largo
    plazo.

  • Introducen un deterioro muy agudo del suelo y las
    aguas comprometiendo el valor de estos recursos en el futuro
    inmediato.

  • Son demandante de servicios complementarios y como
    contrapartida su aporte a las finanzas generales son muy
    bajos. Por otra parte buena parte de la renta se deriva hacia
    el exterior no dejando prácticamente beneficios al
    país.

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En este contexto es por demás evidente que la
expansión del PBI es engañosa medida en
términos de desarrollo sustentable y bienestar social. Los
viejos elementos estructurales que han actuado tradicionalmente
siguen su acción y el medio rural continúa
expulsando poblaciones hacia los cinturones urbanos. Al igual que
lo que ha sucedido en todo el continente encontramos que se da un
claro predominio de la población urbana dentro de los
totales como podemos apreciar en el mapa respectivo, sin que ello
vaya acompañado de un desarrollo del los demás
sectores tradicionales de modo de crear puestos de trabajo
suficientes. Ello produce además como ya fuera
señalado una sobredemanda de servicios que no son
rentables como para ser atendidos por la actividad privada e
implican un elevado costo para las arcas del estado. Por otra
parte la no atención durante largos períodos de
estos problemas ha generado un déficit acumulado de
consideración que desata la existencia de zonas de
tensión importantes que abarcan todos los planos de la
cotidianidad.

Hay un punto que ha sido planteado recientemente y que
aparentemente entraría en contradicción con lo que
hemos afirmado hasta acá. En la prensa de comienzos del
año 2013 se ha difundido que la pobreza y la indigencia
han disminuido radicalmente en los últimos
años.

El primer reparo a una afirmación tan optimista
tomando en consideración todo el escenario nacional es el
criterio que se emplea para determinar la condición de
pobreza o indigencia. Como ya lo señaláramos es una
clara mirada reduccionista que tiene en cuenta exclusivamente el
ingreso contrastado en una canasta de alimentos y servicios
elementales.

El segundo de los reparos hace referencia a otra arista.
Es evidente que la expansión de la agricultura ha generado
una demanda de mano de obra adicional que se proyecta sobre una
población en disminución. Así como lo
demuestra el más elemental análisis
económico, cuando la demanda no es contemplada por la
oferta es evidente que el valor del producto (en este caso la
mano de obra) aumenta. Por otra parte el reconocimiento de una
serie de derechos, como las 8 hs en el trabajo rural, favorece
que se registre un hecho puntual de aumento de ingresos. Pero esa
población ¿ha salido efectiva y definitivamente de
la pobreza? No lo creo. La clave está en que las razones
estructurales continúan funcionando a pleno. Lo que
encontramos es una circunstancia coyuntural como condiciones
extraordinarias de los mercados internacionales y las
inversiones. ¿Cuánto demorarán parte de esas
poblaciones en engrosar los cinturones urbanos a poco que se
modifiquen las condiciones externas o las políticas
transnacionales

Tesis 5.

La pobreza y
elementos asociados, impactan de modo diferente en distintas
zonas del país

Escolio 1. para entender el grado de impacto de la
pobreza sobre la sociedad en su conjunto es necesario penetrar en
las particularidades que tienen las diferentes regiones del
país.

Hay diferencias sustanciales entre diferentes
áreas de nuestro territorio y por ende un mismo
fenómeno como el que estudiamos no va a impactar de igual
manera. Lamentablemente en Uruguay no encontramos una
tradición académica de contemplar los problemas
sociales a partir de la regionalidad. Ello nos crea una serie de
dificultades no menores a la hora de intentar reflejar las
peculiaridades con que nos encontramos a lo largo y ancho del
territorio nacional. También en este punto es posible
encontrar una explicación de muchos fracasos de proyectos
elaborados desde otra lógica, muchas veces montevideana, y
a partir de un universo sígnico muy diferente.

Es resaltable el esfuerzo que realizara la Universidad
de la República en un reciente trabajo coordinado por el
Dr Felipe Arocena y que refleja un trabajo de
investigación llevada adelante a pedido del MEC. El mismo
se construye una mirada nacional a partir de la definición
de siete regiones. Básicamente las mismas se conforman no
a partir de elementos "naturales" sino por compartir determinadas
características socio – culturales pero priorizando la
estructura administrativo política vigente. Si bien
allí se hace mención a los departamentos que
integran a cada una de estas regiones consideradas, las fronteras
entre las mismas no son absolutas.

Como elementos estructurantes se han tomado en cuenta
los siguientes: estructura y características de los
hogares, migraciones, crecimiento demográfico y tasas de
fecundidad, niveles educativos, inserción en el mercado
laboral, características de su consumo cultural y empleo
del tiempo libre, percepción y niveles de seguridad. A
todo ello se sumarán los elementos socio –
económicos tradicionales dentro de la información
estadísticas disponible. Aclaramos que en la
enumeración precedente no hemos impuesto un orden de
importancia simplemente hemos intentado una enumeración de
los elementos que intentaremos analizar.

Siempre de acuerdo al trabajo a que nos estamos
refiriendo en el país sería posible identificar las
siguientes regiones:

1.Montevideo. 2. Canelones. 3. Región centro
(Durazno, Flores, Florida). 4. Región suroeste (Colonia,
San José, Soriano). 5. Región litoral
(Paysandú, Salto, Río Negro). 6. Región
norte (Cerro Largo, Rivera, Tacuarembó, Artigas). 7.
Región este. (Lavalleja. Maldonado. Treinta y Tres.
Rocha).

Cabe señalar que la construcciones de las
regiones llevadas adelante prioriza las unidades administrativas
pero no toma en cuenta otro tipo de factores de mayor incidencia.
Por ejemplo al asociar el departamento de Treinta y Tres con
Rocha , Lavalleja y Maldonado, zona de la que tenemos un
conocimiento directo, no es exacto. Treinta y Tres se asocia con
Cebollatí y Lascano (Rocha), con Cerro Largo(en espacial
Melo y Río Branco), con Florida y Durazno en Cerro Chato,
con José Pedro Varela en Lavalleja. Como puede verse hay
más lazos con otros departamentos que con los
estrictamente señalados.

De modo llamativo tampoco se consideran en el trabajo
aludido aspectos derivados de lo geográfico. (Mucho me
temo por ignorancia) No se atienden a las características
de nuestro suelo y su capacidad de influir sobre los procesos
económicos. En este terreno se sigue pagando tributo al
pensamiento representado por la modernidad para la cual aquel es
simplemente la base física, un elemento inerte con el
hombre llamado a dominarlo. Era simplemente una fuente de
recurso.

Desde el punto de vista socio-económico-cultural
resulta mucho más válido considerar regiones sobre
la base de las redes productivas hegemónicas en el
área. En este sentido la soja, la forestación y las
explotaciones mineras han creado estructuras complejas que han
terminado por dotar de rasgos propios determinados espacios
territoriales. Han repercutido sobre el medio y sobre las
estructuras sociales de modo importante y ello no es tomado en
cuenta. También podríamos señalar como
ejemplo el caso de la explotación del arroz o las nuevas
técnicas ganaderas.

Si tomáramos en cuenta lo que hemos
señalado como carencias de la construcción
teórica elaborada se facilitaría el estudio de las
dinámicas particulares y estaríamos en mejores
condiciones de incidir sobre las mismas. Las actuales fronteras
administrativo formales está demostrado que no responden a
la realidad sino que en los hechos repiten el esquema unitario y
centralista dominante a escala nacional. Llevar adelante un
trabajo con este norte es algo que excede en mucho las
posibilidades de este trabajo en particular y los medios de que
disponemos. Sin embargo ese es un camino que necesariamente se ha
de recorrer y que sólo puede terminar con la
reorganización profunda de la propia estructura
político-administrativa del territorio. Lo que funcionara
en el siglo XIX hoy ya no es funcional en las nuevas coordenadas
en que se desenvuelve la realidad.

Dejando de lado ese tipo de consideraciones aceptemos
por el momento el esquema regional propuesto y comencemos a
avanzar en la definición de sus características.
Sobre la base de la información consolidada hemos
seleccionado un conjunto de indicadores que individualmente
resultan insuficientes para explicar el problema que nos ocupa,
pero en su conjunto nos dan pistas importantes a seguir. Un
indicador es un dato aislado, muchas veces un porcentaje o un
promedio, por lo que no refleja sino tendencias vigentes en un
universo determinado. A esa masa de información hemos
añadido elementos provenientes fundamentalmente del INE y
otros informes.

Lo que nos señalan un conjunto de indicadores
socio – económicos seleccionados.

Los indicadores los hemos agrupado en un cuadro
único dentro de la cual hemos seleccionado determinados
puntos, prioritarios desde nuestro particular ángulo.
Sobre esta base hemos intentado construir una matriz capaz de
reflejar el posicionamiento de cada región con respecto a
las demás. Para ello hemos recurrido al procedimiento de
adjudicar un puntaje de 1 a 7, de mejor a peor, en cada uno de
los ítems priorizados. En definitiva quedarán
evidenciadas las grietas existentes en nuestra estructura
socio-económica y la "distancia" que impera entre un
área y otra.

En el siguiente, desde el comienzo mismo, queda marcada
una diferencia sustancial para definir nuestra realidad. la
población se encuentra distribuida de modo muy desigual en
el territorio. El 56 % de los habitantes están radicados
en Montevideo y Canelones, mientras que el centro apenas
reúne el 5 %. Esto implica una deformación grave de
nuestra estructura y añade dificultades adicionales al
establecer el costo diferenciado como los de determinados
servicios. Servicios como la energía eléctrica, el
agua potable, la salud, la enseñanza, etc son
particularmente sensibles al universo demográfico sobe el
que se proyecta y por tanto ven incrementados sus costos cuando
aquel es pequeño y además disperso. A otra escala
esto también se manifiesta en espacios urbanos como
Montevideo. Allí donde hay una infraestructura de
servicios instalada y funcionando, se registra una
emigración de los estratos más bajos y el
crecimiento vegetativo es más bajo. En cambio, en las
nuevas áreas donde proliferan los denominados
asentamientos, son receptoras de población migrante y
tienen índices de fecundidad y crecimiento vegetativo. El
extender las redes ya existentes de servicios hacia las nuevas
áreas, significa un costo muy alto que con la
lógica dominante debe ser subsidiado por los actuales
consumidores lo que añade elementos de bloqueos a la
capacidad de gobernabilidad.

Indicadores socio – económicos,
desagregados por región

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El hogar es un elemento fundamental por significar el
agrupamiento social básico en donde se materializa la
reproducción biológica y cultural básica de
la población. Por ende merece que atendamos a sus rasgos
salientes en las diferentes zonas.

Los hogares con jefatura femenina, en el que se acumulan
elementos de vulnerabilidad tantos derivados de cuestiones de
género como de su ubicación prioritaria en los
estratos bajos, tienen en general una presencia significativa. En
este punto se marca un amplio predominio de Montevideo. Eso nos
da pie para suponer que los elementos del orden tradicional
tienen mayor peso en el interior en su conjunto.

Los llamados hogares extendidos donde en un mismo
espacio se integran otros adultos, en general familiares,
también marcan una presencia de importancia dentro del
conjunto. Los mismos al igual que en el caso anterior registran
alteraciones dentro de la dinámica interna, reflejan las
nuevas condiciones de vida de una masa importante de personas.
Los hogares extendidos en particular señalan una
estrategia de supervivencia que permite minimizar aspectos tales
como la vivienda, los servicios conexos e incluso los ingresos.
Los "abuelos" a través de la jubilación son
aportantes significativos a la economía doméstica
contribuyendo con partidas fijas a las finanzas
hogareñas.

En general la presencia significativa de esas nuevas
formas de organización familiar ha llevado a modificar la
red de roles interna y la generación de conflictos entre
el rol esperado y el efectivamente desempeñado. Ello
sumado a la inestabilidad que deriva de todo lo
anterior.

En las regiones norte, litoral y este, hay una fuerte
presencia de jóvenes "ni" como se los llama en la
actualidad que está mostrando la incapacidad de las
estructuras actuales para integrar a esa masa de jóvenes
dentro de los circuitos sociales básicos: el estudio y el
trabajo. En la zona norte para tener una idea casi uno de cada
nueve jóvenes está en esas condiciones. Si
combinamos esto con el debilitamiento de la estructura familiar
tradicional, observamos que se está profundizando una
fractura más que significativa en el país. No
podemos extrañarnos entonces que en general se verifique
la existencia de un problema de seguridad dado el impulso que
cobran los componentes de la economía oculta como parte
del esquema estratégico de supervivencia ensayados por
estas personas. De cualquier manera tomando en cuenta que
sólo tenemos la información sobre los hechos que se
denuncian, pero de cualquier manera no tiene la dimensión
que se le atribuye. Si importa señalar la presencia de la
violencia doméstica la que se acentúa precisamente
en la región centro y litor

La presencia de jóvenes menores de 20 años
está liderada por Montevideo. Lo que nos debe llamar la
atención es que de acuerdo a los porcentajes de personas
situadas en los estratos bajos de la población y al hecho
reconocido que la reproducción biológica de la
población se está llevando adelante en ellos, esos
jóvenes forman parte de los sectores más
vulnerables de la población con particular
afectación por parte del desempleo, uno de los anclajes
fundamentales desde el punto de vista social.

A continuación efectuaremos una
construcción a partir de los datos anteriores de modo de
obtener una mejor visión de las cercanías o no
existentes entre las regiones. Para ello hemos asignado un
número entre 1 y 7 con el criterio de mejor a peor
situación y hemos seleccionado un conjunto de variables
significativas. De acuerdo con ello resulta el siguiente
panorama.

Posicionamiento de las diferentes regiones desde el
ángulo de factores socio económicos

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De lo anterior es evidente la proximidad entre
Montevideo y Canelones, así como la existente entre el
litoral y la zona norte. El suroeste ocupa una posición en
solitario que lo hace muy particular mientras el este queda en
una posición intermedia junto con el centro.

Los elementos culturales seleccionados

Sobre la estructura precedentemente descripta debemos
proyectar lo correspondiente a las características del
consumo cultural que nos dará una idea aproximada sobre
las formas que adopta la forma de ser y comprender el mundo por
parte de los diferentes individuos. A su vez nos permitirá
ver que las vías de "llegada" de mensajes y de generar a
su vez voces, difieren sustancialmente de unos a otros.
Contribuye también a mostrar lo falso de algunos mitos con
que se ha regordeado tradicionalmente el pensamiento
uruguayo.

Lo primero que nos llama la atención es que en
actividades masivas como los recitales de todo tipo y el
carnaval, no participan todos y que por el contrario hay lugares
como el litoral donde 3 de cada 4 habitantes nunca lo hace. Esto
además de lo significa en sí nos está
mostrando un bajo nivel de interacción social, aun repito
en esas instancias masivas. En cambio el consumo de 3 o
más horas de televisión está promedialmente
por encima del 50 %.

Mirado en su conjunto lo anterior nos
permitiría construir la hipótesis de que hay un
retraimiento de la población hacia sus espacios inmediatos
y sus lazos primarios. Ella se ve reforzada por otros elementos
como la participación en actividades artísticas de
algún tipo. Por otra parte la comunicación se ha
debilitado en el "cara a cara" y ha ganado espacio en el terreno
de los celulares (en especial los mensajes de texto) y las redes
sociales. Ello repercute directamente a que se difunda una nueva
gramática, se incorporen signos gráficos, pero por
sobre todo se debilite el contenido de los mensajes. Construir el
"nosotros" en este escenario, entendido como identidad general
que nos identifique a todos con un determinado proyecto de
país, que defina una búsqueda y construcción
de futuro, es algo muy difícil. De cualquier manera, como
lo hemos estado viendo ello solo es posible a partir de reconocer
que las fracturas de nuestra sociedad son múltiples y
están agravadas por la presencia de la pobreza.

Consumo cultural de acuerdo a
variables seleccionadas

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Dentro de la información que hemos recogido en el
cuadro correspondiente a los factores culturales hay un hecho que
merece que nos detengamos un momento. Desde el punto de vista
cultural, el país ha ingresado dentro de un cultura
definida por la neo-oralidad. La letra escrita, no llega ya con
carácter masivo a todos. Alrededor de 6 de cada 10
uruguayos no lee regularmente periódicos. Esto se repite
en la lectura de libros (más allá del criterio
flexible de la encuesta). Salvo en Montevideo y Canelones en el
resto del territorio un porcentaje similar al registrado por la
lectura de periódicos se repite en este terreno. En los
asentamientos los estudios sobre consumo cultura marcan un
panorama mucho más agudo. Es evidente que la "cultura
escrita" se encuentra en retroceso aferrándose a ella
sólo determinados sectores.

Algunas de las razones de que Montevideo en especial y
Canelones se ubiquen alejadas del promedio de las otras regiones
se debe al hecho histórico de que han concentrado siempre
buena parte de las capas medias ilustradas de raíz urbana.
Canelones se ha visto beneficiada por el éxodo de
población media que ha dado lugar al crecimiento explosivo
de la "ciudad de la costa" y de la "costa de oro".

Esa suerte de neo-oralidad que comprende el consumo de
imágenes, de ahí su distinción de la forma
tradicional, reduce las posibilidades de desarrollo
lingüístico de los individuos y por ende las
construcciones más abstractas del pensamiento. Sin darnos
cuenta estamos asistiendo a un cambio en las estrategias de
pensamiento de los jóvenes que torna para ellos
incomprensible la realidad, la cual la construyen exclusivamente
de retazos e imágenes aisladas. Sus dificultades para
alcanzar un pleno desarrollo del pensamiento abstracto lo vemos
en el fracaso en algunas áreas del conocimiento donde el
mismo alcanza carácter masivo.

Tenemos pues sobre la mesa un nuevo desanclaje que va a
quebrar nuestra unidad como sociedad. A los efectos de la
economía global que determina procesos de pertenencia o
exclusión, según se esté en el interior de
las redes o no, ahora tenemos un proceso complementario de aquel
en donde los individuos desarrollarán su capacidad
reflexiva o no de acuerdo a las condiciones y las posiciones que
ocupen en el entramado social.

Escolio 2. Las fragmentaciones culturales sustentadas en
estructuras socio económicas, dan cuenta de modos
diferentes de relacionarse con el medio.

Todo grupo humano interactúa con el medio a
través de la cultura que desarrolla, basados en ellos
tiene sustento suponer que el relacionamiento con el habitar
inmediato será diferente. Un entorno donde se carece de
los servicios esenciales para la vida moderna, más
allá de la presencia de electrodomésticos y tantos
productos como se quiera considerar, determinará que el
impacto sobre el suelo sea mayúsculo. Ese deterioro no se
limita a las fronteras de donde se origina sino que se proyecta
sobre otras áreas de la ciudad. Si hiciera falta un
ejemplo de lo que acabamos de afirmar ahí tenemos lo que
sucede con el arroyo Miguelete, el cual a pesar de las
intervenciones efectuadas, aún no se ha conseguido
devolverle su vida. La corriente de agua sigue contaminada
más allá de las obras que se efectuaran en las
áreas de mayor cotización de las tierras. Es
justicia afirmar que no en pocas ocasiones el proceso de
deterioro fue iniciado por el aparato productivo, tal el caso del
arroyo Pantanoso y determinadas áreas de La Teja
contaminadas con plomo o la presencia de cromo en el barrio de
Nuevo París como consecuencia de la presencia de
curtiembres. Pero sobre esto se suma todo lo otro que ya hemos
señalado

Tesis 6.

Sobre los
asentamientos confluyen formas económicas alternas,
así como interacciones sociales peculiares
acompañadas de formas culturales
diferenciadas

Este es un punto que merece ser tomado muy en cuenta
porque nadie puede desconocer que la economía de un
territorio constituye una de las claves para su funcionamiento.
En los espacios donde se agrupan los pobres, cantegriles, villa
miserias, favelas o asentamientos, hay redes económicas
sobre las que se tejen una parte importante de las redes
sociales. Cada una de ellas determina una mirada y un
relacionamiento con el resto de la ciudad. De modo básico
las formas económicas las podemos agrupar en tres grandes
categorías: la formal, la no – formal y la
subterránea.

La primera hace referencia a aquellos que de alguna
manera están integrados dentro de las redes aceptadas de
la producción de bienes y servicios. Su tarea está
enmarcada dentro de las normas legales establecidas lo que
implica el respeto a determinados derechos y protecciones. De
alguna manera aceptan las normas disciplinadoras que se proyectan
sobre ellos, todavía sus planes y proyectos se enmarcan
dentro de elementos proporcionados por la cultura
hegemónica. Son los auténticos sectores populares
tradicionales. Su cultura como ya lo señalara Antonio
Gramsci (1891 – 1937) es un fruto caótico en el que se
entremezclan elementos provenientes de las formas
hegemónicas, la memoria grupal, sus experiencias de vida y
su capacidad de interacción con los demás. No
resulta consciente de las contradicciones de su pensamiento. Este
está dominado en buena medida por la necesidad de
encontrar respuestas inmediatas y relativamente simples a las
cuestiones que le afligen. Son notorias sus dificultades para
hacer proyecciones en el tiempo de sus propios actos y su
máximo deseo es mantener las condiciones del presente
donde han encontrado un esquema de respuestas que le permiten
sobrevivir.

Sin embargo, a pesar de estar integrados son sumamente
vulnerables por no estar capacitados para defender con
éxito sus posiciones adquiridas. Z. Bauman en sus trabajo
utiliza dos metáforas muy ilustrativas de cuáles
son las condiciones en que deben desenvolverse todos los
individuos de esta sociedad. La primera de ellas se basa en que
todos estamos condenados a correr al borde de nuestras fuerzas
para permanecer en el mismo lugar. De lo contrario seremos
arrastrados por la corriente, La otra metáfora es
más cruel pero no menos ilustrativa.

"La vida en la vida moderna líquida es una
versión siniestra de un juego de las sillas que se juega
en serio. El premio real que hay en juego en esta carrera es el
de ser rescatado (temporalmente) de la exclusión que nos
replegaría a las filas de los destruidos y el eludir de
que nos cataloguen como deshechos. Ahora que, además, la
competición se vuelve global, esta carrera tiene que
celebrarse e una pista de dimensiones
planetarias."[14]

Esa precariedad de los esquemas de supervivencia puestos
en juego, se trasladan hacia las interacciones humanas y hacia su
relacionamiento con el medio, con lo que todo se vuelve precario.
Sus anclajes no son lo suficientemente fuertes para darles una
mínima garantía de permanencia.

En estas condiciones no puede pretenderse que se geste y
desarrolle una consciencia sobre la necesidad de desarrollar
prácticas de relacionamiento racional con el medio. Se
podrá hablar hasta el cansancio del problema en las aulas,
pero si no se introducen cambios, todo ello no pasará de
una mera reproducción mecánica de un discurso bajo
el peso de un determinado poder, que pronto será olvidado
o dejado de lado. No estamos ante un problema de enseñanza
sino educativo y social al mismo tiempo.

La economía informal abarca aquellos casos en que
se desempeña una tarea dentro del esquema económico
por fuera de las normas establecidas. La gama de casos es muy
amplia. Tenemos aquel que trabaja dentro de las estructuras
reconocidas pero lo hace en "negro" sin ser registrado y
protegidos por las normas. También todos aquellos que
desarrollan las más variadas actividades de compra venta
moviéndose en una zona gris de legalidad. No podemos dejar
de mencionar a quienes viven de la recolección y
comercialización de deshechos. Respecto a estos
últimos el mismo Z. Bauman sostiene:

"Los basureros son los héroes olvidados de la
modernidad. Un día sí y otro también,
vuelven a refrescar y a recalcar la frontera entre normalidad y
patología, salud y enfermedad, lo deseable y lo repulsivo,
lo aceptado y lo rechazado, lo comme il faut y lo comme ne faut
pas, el adentro y el afuera el universo
humano."
[15]

Al igual que en el caso anterior también
están afectados por la precariedad y la misma produce
efectos más graves dado que carecen siquiera en muchos
casos de anclajes mínimos dentro de la estructura que los
condena. En este caso, nuevamente nos encontramos frente a
individuos dominados por el presente pero donde las carencias
señaladas se han acentuado. Su pensamiento encuentra
serias dificultades para moverse en un plano abstracto y su
dominio son el campo de las operaciones concretas de que hablara
J. Piaget. Su desarrollo lingüístico es escaso lo que
dificulta la construcción y dominio sobre la realidad. de
ahí que el hábitat no sea sino algo que le sirve de
apoyo y que no le proporciona casi elemento alguno para su
esquema de supervivencia, todo lo cual lo conduce a un manejo
indiferente del mismo.

Impedidos de afianzarse dentro de la economía
formal, sin posibilidades de ingresar a empleos de calidad, pero
urgidos por una presión que los obliga a consumir no
sólo lo necesario, los sectores pobres de la sociedad se
ven obligados a buscar soluciones dentro de ese campo no –
formal. La pauta central de estas actividades es la inseguridad
que conllevan o que provocan, con el consecuente costo social que
ello ocasiona. Muchas de las acciones que se cumplen dentro de
estas actividades rompen el entramado social, favoreciendo
fracturas que tienden a agudizarse con las consecuentes
consecuencias.

El grado de pertenencia a esos circuitos de
economía no formal puede medirse de modo indirecto tomando
en cuenta datos de diversos indicadores. En primer lugar, por el
grado de sindicalización. Casi el 80 % de los trabajadores
ocupados, mayores de 14 años que viven en asentamientos
montevideanos, no tienen organización sindical alguna, lo
que evidentemente los coloca en desventaja a la hora de defender
derechos y condiciones laborales. Otro indicador de la fuerte
presencia de la informalidad es el derecho a aguinaldo, el 23 %
de la masa trabajadora de los asentamientos no tiene derecho a
aguinaldo. Combinando ambos datos y comparando con lo que sucede
dentro del entramado formal urbano, las diferencias son
más que significativas. En sí constituyen pistas
firmes de que estamos ante un grado de vulnerabilidad mayor y una
desprotección casi total.

Esta forma de trabajo informal en muchos casos lleva
consigo la necesidad de desplazamientos desde sus hogares a
determinadas áreas específicas de la ciudad. No se
trata del desplazamiento normal que se hace dentro del entramado
formal para lo cual se trazan las vías. En este caso
estamos ante de expediciones de recolección. Al
igual que lo que sucedía en las aldeas de la
antigüedad, o incluso en la edad media, con los bosques,
pastos y fuentes de agua comunitarias que aseguraban recursos
fundamentales, estos nuevos núcleos también definen
espacios en donde hacen su tarea de recolección. Esta
tiene diferentes manifestaciones. Esta el bolsero, aquel
que sale generalmente a pié en procura de encontrar
alimento y que se orienta hacia aquellos lugares donde se genera
un volumen importante de basura. La finalización de las
ferias vecinales, también son oportunidades de
cosecha. Otros son aquellos que recogen elementos
específicos como plástico y papel, Estos pueden
caminar, emplear caballos o e mucho menor medida
vehículos, bicicletas y alguna motocicleta. Pueden hacer
la labor solos o acompañados de algún "socio" o de
la familia completa. En muchos casos tanto los anteriores como
estos combinan la labor con la mendicidad. Otra categoría
son aquellos que practican el robo u otros delitos similares. En
estos casos también tienen como referencia zonas objeto,
aún cuando estas pueden no ser tan marcadas como las
anteriores, estando más ligadas a la
oportunidad.

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Es evidente que esto incide en la cotidianidad de la
ciudad. Arterias de tránsito que a determinadas horas se
tornan difíciles de circular por ellas debido a la
presencia de los hurgadores con sus vehículos,
peligrosidad para comerciantes y viviendas, adopción de
medidas de vigilancia que afectan a todos, etc. De cualquier
manera. Sea que miremos desde un ángulo o del otro del
esquema, hay una clara diferenciación a escala urbana que
conduce a una fragmentación desde el punto de vista
económico y social. La segunda zona es vista como una
fuente de recursos para la primera. En ella se manifiestan una
serie de actos de violencia a muy diversa escala. Así
asistimos a la simbólica, otras manifiestas que van desde
el bocinazo, el insulto, a la agresión directa. Claro que
ello determina la existencia de respuestas que terminan por
trazar una línea de separación al estilo de
nosotros y ellos, donde los otros son antagónicos a
nuestros deseos y por tanto puede ser blanco de la
ira.

Por último tenemos la economía
subterránea emparentada con las formas menos sofisticadas
del delito. Su estrategia consiste en atacar directamente la
propiedad de otros siendo portadores de las claves de la cultura
carcelaria la que les sirve de marco a su pensamiento. Comparten
todos los déficits anteriores a los que se agregan
caudales significativos de frustraciones y un apartarse
totalmente de los valores comunitarios. Hace relativamente poco
tiempo la murga Agarrate Catalina presentó un cuplé
que despertó una buena polémica por ser encarado
precisamente desde el ángulo de estos individuos. Es
evidente que hiere la sensibilidad. Pero esta no debe estar por
que se dice sino por lo que está en las calles. En un
pasaje dice:

Yo soy el error de la
sociedad,

soy el plan perfecto, que ha salido
mal.

Vengo del basurero que este sistema
dejó al costado,

las leyes del mercado me convirtieron en
funcional……

Cargo con un linaje acumulativo de
misia-dura,

y un alma que supura veneno de otra
generación.

Esas formas de economía han determinado el
predominio de determinadas características en diferentes
zonas de Montevideo sustentando un acceso diferencial a los
recursos. Si observamos la distribución de los
asentamientos y su capacidad de captar ingresos por parte de sus
habitantes, resulta evidente que la capital grosso modo se
encuentra divida en tres grandes áreas. Una primera,
apoyada en la costa sur, donde se ubican las personas con mayores
ingresos. Inmediatamente se encuentra una zona de
transición ocupada por las personas con ingresos medios,
por último un cinturón donde se establecen los
asentamientos.

Las distancias medidas en ingresos y posibilidades de
acceso a ingresos son por demás evidente y tengamos en
cuenta que el tercer anillo, donde predominan los asentamientos
irregulares presionan la tradicional área agrícola
-granjera montevideana y ya se extiende por zonas de Canelones y
San José.

Este cuadro no es definitivo ya que no hay registros de
las "islas" estas por lo general están constituidas por
grupos de personas que ocupan ilegalmente un edificio abandonado.
En Cordón Norte, la Ciudad Vieja y otros barrios es
posible encontrar ejemplos.

De más está decir que cada una de las tres
áreas básicas no son homogéneas en su
interior. Nadie podría sostener la igualdad de Palermo y
Pocitos e incluso de este último con Carrasco

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Cuando miramos el perfil de distribución del
ingreso tomando como referencia los diferentes exCCZ de la
capital, nos encontrábamos con lo siguiente:

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La imagen exime de mayores comentarios. La distancia
entre el exCCZ 10 y el 5 es de 1 a 3,5. En este punto recuerdo la
expresión de un viejo profesor que siempre repetía,
cuando hablen de promedios no olviden que ahí se ahogan
los enanos. Si comparamos los más pobres del exCCZ 10 con
los más ricos del 5, las distancias serán mucho
más grandes.

Si consideramos el porcentaje de hogares situados por
debajo de la línea de pobreza nos encontramos que aquellos
los exCCZ que concentraban la mayoría de la
población pobre eran los siguientes:

CCZ

17

18

11

10

12

14

Porcentaje

30.2

23.2

18.2

17.4

12.1

6.8

Aclaramos que cada uno de los porcentajes se refiere a
la totalidad de hogares de cada uno de los exCCZ. Esto equivale a
comprobar que prácticamente 1 de cada 3 hogares del
Nº 17 está por debajo de la línea de
pobreza.

Las diferentes zonas en que está fracturada
social y culturalmente la capital no hay que mirarlas con
criterio mecánico. Cada uno de estos espacios
administrativos, tiene en su seno diferencias marcadas. Muchas
veces una calle o un zanjón marca la "frontera" entre una
zona y otra.

Fronteras que como tales son disputadas por los vecinos.
Para ejemplo basta citar lo que acontece con el límite sur
del complejo de viviendas Euskal Erría 70. Esas disputas
se centran fundamentalmente en torno a los espacios abiertos
disponibles y el uso que se hace de ellos.

Un hecho significativo es que los espacios
públicos se encuentran en retroceso. Los mismos son
abandonados y en muchos casos apropiados por esos que se mueven
en la economía subterránea. De modo general los
espacios públicos se tornan conflictivos. Hay un hecho que
no se ha tomado debidamente en cuenta y que refleja como ninguno
la segregación espacial y se produce en un fenómeno
de masas: el fútbol. Tanto el estadio de Nacional como el
proyectado de Peñarol, marcan con la presencia de palcos,
una distancia del aficionado común, es un área
reservada protegida por las normas de la propiedad privada. Ello
se extiende a la compra de butacas. Ahí, por el costo que
ello implica, es posible estar rodeado de pares, por lo menos en
lo referente a los ingresos. ¿No es acaso esto un
embrión de barrios y espacios privados?

Otro de los puntos importantes de esta situación
es el modo como ello afecta el acceso a los circuitos que hacen
posible la existencia de las estructuras urbanas. Toda ciudad en
su funcionamiento desarrolla dos grandes redes complementarias
que buscan compensar su incapacidad de generar los elementos
imprescindibles para la supervivencia de sus habitantes. La
primera, está orientada básicamente al espacio
exterior y determina que su condición de mercado
consumidor termine orientando la producción y
circulación de bienes y servicios. A media que las formas
productivas ganaron en complejidad y se desarrollaron las formas
de transporte, esta red se ha tornado a la vez más extensa
y sensible, abarca un mayor espacio pero muestra cómo
puede repercutir un hecho natural o fortuito en su destino. Desde
el momento en que la ciudad como tal no es capaz de producir lo
que consume se torna dependiente de cada uno de los nodos que
constituyen su red. Un problema en cualquiera de ellos repercute
de inmediato sobre lo urbano.

Pero también esta trama de generación de
bienes y servicios implica un conjunto de oportunidades de
acumulación de riqueza. Los grupos empresariales que se
encargan de la energía, de la llegada y venta de
alimentos, de la salud, de la infraestructura, de las empresas
fabriles, etc, proceden a un proceso de acumulación que en
muchos casos tiene carácter predador sobre la
masa.

La otra red a que hacíamos referencia está
representada por los relacionamientos al interior del universo
urbano. Allí los individuos intercambian entre sí
diferentes recursos a los efectos de cada uno asegurar – por lo
menos – un mínimo de ingresos que le permita sobrevivir.
En el pasado encontrábamos que este relacionamiento
tenía una demarcación clara dentro de los centros
urbanos. Las ciudades medievales agrupaban a los artesanos de
determinada rama en un mismo espacio generando así un
espacio especializado. El caso extremo de diferenciación
espacial lo marcaba la presencia de la "judería". En caso
como el de la Venecia renacentista, este espacio estaba
amurallado y sus puertas se cerraban con centinelas a la noche
impidiéndose la circulación e sus habitantes fuera
de los límites. Curiosamente durante el día al
abandonar "su" espacio eran obligados a llevar un bonete rojo.
Posteriormente el régimen nazi hizo lo mismo con una
estrella amarilla.

En Inglaterra, durante la primera etapa de la
Revolución Industrial veremos surgir los llamados barrios
obreros. En sí eran espacios articulados en derredor de
una fábrica o empresa que necesitaba tener sus "recursos
humanos" al alcance de la mano dado la extensión de las
jornadas laborales. En el Londres de la misma época nos
encontramos con áreas como la célebre White Chapel,
donde se concentraba buena parte de la economía
subterránea de la ciudad. Charles Dickens en sus novelas
da cuenta de los "asentamientos" que existían dentro del
espacio londinense. Por tanto no estamos ante un problema nuevo
ni mucho menos exclusivo de nuestro país.

En otras ciudades se han gestado áreas
específicas a partir de fenómenos de
segregación racial como Harlem y Chinatown. Lo curioso es
que al igual que sucediera en otras urbes, luego de un ciclo de
exclusión estos espacios han pasado a ser integrados a los
circuitos turísticos y de ocio volviéndose
funcionales. A mucho menor escala esto lo podemos apreciar en la
Ciudad Vieja de Montevideo en donde tras una tugurización
acelerada y una expulsión de población se ha pasado
a transformarla en un área de diversión, comercios
gastronómicos y reciclaje.

En la actualidad estamos en presencia de una
segmentación espacial de orden social. En todas las
ciudades han surgido barrios donde se congregan las personas de
menores recursos y mayor vulnerabilidad. Aquellas con los
indicadores críticos de calidad de vida. Paulatinamente en
algunos lugares han ido adquiriendo tal grado de
estructuración interna que constituyen
prácticamente áreas independientes dentro del
territorio nacional. Quienes habitan estos espacios sólo
acceden a este último circuito y de modo restringido. Ello
determina que su esquema de oportunidades sea igualmente acotado
y se hagan evidentes los efectos de la segregación que
señala R. Katzman (2001)

POSIBLE INCIDENCIA DE SEGMENTACIONES
EN ÁREAS DE LA ESTRUCTURA SOCIAL SOBRE LA FORMACIÓN
DE ACTIVOS QUE PODRÍAN AMORTIGUAR LAS TENDENCIAS AL
AISLAMIENTO DE LOS POBRES URBANOS.

Segmentaciones

Capital social
individual

Capital social
colectivo

Capital ciudadano

En el área laboral.

Reduce la probabilidad de contar con
redes de información y contactos que facilitan la
búsqueda de empleo.

La separación de los
lugares

de trabajo que reclutan a los que
tienen "voz" reduce la fortaleza

de las instituciones
laborales

y de las reivindicaciones que pueden
articular los pobres urbanos.

El trabajo deja de operar como el
vínculo central de pertenencia a la sociedad. Se
afecta la adquisición

de derecho ciudadano. Se debilitan
los sentimientos de ciudadanía al no compartir
problemas y destinos con las

corrientes predominantes de
trabajadores.

En el área
educativa

Se debilitan i) la
formación

de reciprocidad y
solidaridad;

ii) la posibilidad de que los que
tienen más conozcan los

méritos de los que
tienen

menos y construyan
lealtades

con ellos; iii) la posibilidad de
incorporar hábitos y actitudes de clase media con
respecto a la movilidad, por medio de la
educación.

Se reduce la
participación

de los padres de
estudiantes

de clase media en la educación
pública y se atenúa su influjo

sobre el mantenimiento de la calidad
de estos servicios.

Los estudiantes pobres ven reducidas
sus oportunidades

de experimentar la pertenencia a una
comunidad con iguales

derechos y obligaciones, problemas
similares y recompensas por méritos con sus pares de
otras clases.

En las áreas
residenciales.

Menor información y
contactos.

Menor eficiencia
normativa.

Menor exposición a
modelos

de rol.

Riesgo de declinación de las
instituciones vecinales por déficit de
liderazgos

Debilitamiento de los sentimiento de
ciudadanía al no compartir problemas vecinales con
otras clases, y riesgo de formación de subculturas
marginales

Sin pretender ni mucho menos hacer una lista y
mencionando sólo dos ciudades de la región nos
encontramos con fenómenos como los descriptos. En
Río de Janeiro tenemos favelas de renombre como Rocinha,
Cidade de Deus, Facenda Coqueira; en el gran Buenos Aires con
villas tales como La casa, La Rana, Villa
Pulmón.

También lo encontramos en Uruguay con enclaves
como Cerro Norte, en Montevideo o Las Láminas, Los Olivos,
La Cañada, Barrio Nuevo en Bella Unión, o Dos
Marías El Espejo o La Chapita en Paysandú y la
lista podría seguir.

A lo largo del trabajo hemos sostenido que la pobreza es
una consecuencia del desenvolvimiento de una determinada
estructura generadora de acciones, pensamiento, saberes y poder.
A fin de reforzar nuestro razonamiento miremos algunos
indicadores finales que señalan la desigualdad estructural
instalada que evidentemente repercute en lo espacial, mucho
más allá de lo inmediato.

Conscientes de que la pobreza constituye un
fenómeno complejo y sin pretender todas las variables que
intervienen hemos seleccionado las siguientes para que sirvan de
muestra de lo que afirmamos: distribución del ingreso,
perfiles alimentarios y perfiles educativo-formales.

a. distribución del ingreso. En el primero
basta tomar en consideración lo que sucede con la
distribución del ingreso a escala global para encontrarnos
con la enorme distancia que separa al 10 % más pobre del
10 % más rico. A partir del decil 8vo se aprecia una sobre
apropiación que se hace evidentemente a costo de los
restantes. Este escalón y el siguiente pueden ser
definidos como medio y medio superior, pero ambos sumados no
alcanzan al más rico. Prácticamente este acapara
ingresos equivalentes al 60 % de la población sumando los
deciles del 1 al 6to.

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Esta situación si bien se ha mejorado en los
últimos años tal como lo demuestra el Índice
de Gini, aún está muy distante de una
situación medianamente igualitaria y donde efectivamente
funcione la equidad. Los economistas Jorge Álvarez y
Luís Bértola (2010)[16] han hecho un
estudio sobre la evolución del índice aludido desde
1870 a la fecha. Ello nos permite identificar tres grandes
tramos. Uno primero que llega a la primera década del
siglo XX, en donde la desigualdad crece sistemáticamente y
a un ritmo creciente. A aquel sigue un segundo período
dominado por el modelo batllista y neobatllista, en que pese a
las oscilaciones producidas en la economía mundial, con el
gran impacto positivo de los dos conflictos mundiales, se
registra una clara tendencia hacia la equidad. La crisis del
modelo fruto e su agotamiento y cambios en la economía
mundial, dan inicio a un tercer período que comienza hacia
mediados de la década de los "50" y se extiende hasta el
final del siglo XX. Esa tendencia se mantiene esa tendencia a la
concentración. Será recién a partir del 2005
que comenzará a consolidarse un retroceso de la
inequidad.

Merece ser remarcado que a lo largo del prolongado
período de estancamiento que pauta nuestra crisis la
inequidad continuó avanzando con lo que se comprueba que
fueron los sectores populares los que pagaron, como siempre, el
costo de la crisis.

El comportamiento seguido por el índice de Gini,
marca que resulta falso considerar la relación
mecánica entre crecimiento económico y acortamiento
de la brecha de desigualdad. Afirmaciones como que hay que hacer
crecer la torta para luego distribuir, para que sea posible
repartir. Estamos ante un problema político y por ende de
ejercicio del poder.

En otras palabras el desarrollo en sí mismo no es
productor de equidad. Los ciclos que se registran en nuestro
desarrollo demuestran que no siempre el crecimiento ha derivado
en un acortamiento de la brecha que separa a los pobres de los no
pobres. Un segundo elemento es la comprobación es que la
equidad depende de decisiones políticas que modifiquen los
mecanismos de reparto de la riqueza.

El comportamiento del Índice de Gini en la serie
considerada, nos muestra un movimiento dentro de una determinada
banda de "normalidad" que no hace sino señalar una
situación estructural que resulta imposible de
romper.

Los datos anteriores demuestran algunas
cosas:

a. Hay una "inercia" que proyecta la crisis
del 2002 en los años inmediatos.

b. El quiebre de la tendencia se comienza a
verificar a partir del 2007, sin alcanzar a modificar
sensiblemente el cuadro estructural.

c. Montevideo se encuentra pegado a la
tendencia general del país

d. Hay una clara diferencia entre
Montevideo y el interior urbano. de modo general podemos decir
que la brecha Montevideo – Interior no se reduce
significativamente.

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Lo manejado hasta el momento demuestra que
la desigualdad es un elemento constante en nuestra sociedad,
aunque su intensidad ha variado a lo largo de la historia. Ello
ha determinado que la pobreza, el conjunto de individuos
más alejados negativamente de la media nacional han
consolidado un espacio social.

El perfil alimentario.

Cuando abordamos el consumo alimentario surge claramente
como un satisfactor de calidad inferior determina por una parte
vulnerabilidades en aspectos sanitarios y por otro engendra la
necesidad de obtener otros satisfactores que complementen o
compensen el déficit del utilizado en primer
término. Muchas veces la compensación se produce en
el terreno simbólico.

Gasto en alimentos promedial por
rubros en los deciles 1 y 2

Año 2008.

Fuente. Cálculo propio sobre datos
de INE

Rubro

Decil 1

Decil 2

Rubro

Decil 1

Decil 2

Panes, galletas, alfajores y
similares

13.1

11.1

Lentejas, porotos, garbanzos,
arvejas

0.5

0.4

Arroz, fideos, harinas

9.3

8.1

Azúcar y dulces

3.9

3.2

Todo tipo de carnes

7.3

8.5

Aceites y grasas

2.4

2.3

Fiambres y embutidos

1.2

1.4

Yerba, café, te

1.6

1.7

Pescado, fresco, congelado o
enlatado

0.2

0.4

Otros alimentos

0.2

0.4

Lácteos en todas sus
formas

21.2

19.3

Agua, refrescos, jugos

7.2

12.5

Huevos

1.5

1.2

Bebidas alcohólicas

1.0

1.8

Frutas

6.0

7.0

Comidas fuera del hogar

1.3

1.0

Verduras

7.2

7.8

Programas sociales

5.5

4.1

Papas y boniatos

9.0

8.9

Sal, caldos y sopas
concentradas

0.3

0.4

En este terreno se produce una combinación entre
elementos culturales y disponibilidad de recursos por lo que los
datos no deben ser tomados por absolutos sino como tendencias
generales de un consumo que se deriva en determinada calidad de
la dieta promedio. Siguiendo los criterios elaborados por INE
adoptamos como población de referencia a los dos primeros
deciles. En cada uno de los casos hemos calculado, sobre la base
de información disponible, el porcentaje que cada uno de
los rubros consignados tiene dentro del consumo total.

El interior urbano, en general, se ubica bastante por
debajo de las cifras correspondientes a Montevideo en los deciles
iniciales. Ello nos permite ubicarlo en un segundo escalón
deficitario.

Con respecto al consumo de proteínas y de calcio
podemos apreciar también la doble diferenciación: a
escala de los diferentes deciles y en la relación
Montevideo -Interior. Si como veremos la población
uruguaya se está reproduciendo biológicamente en
los primeros deciles de ingresos, preferentemente, estamos
enfrentados a un auténtico problema. Las futuras
generaciones tendrán carencias marcadas en su desarrollo y
ello ya puede ser apreciado en nuestros días en donde
algunos estudios realizados se aprecia una disminución de
la talla promedio de los jóvenes.

La fuente consultada da cuenta que el consumo de
calorías asociado a los escalones de ingresos
considerados.

Como puede apreciarse hay un claro predominio de los
lácteos. Estos está restringidos casi en su
totalidad a la leche fresca, seguida por panes y similares y
papas y boniatos en tercer lugar. En el consumo de leche inside
sin dudas aspectos culturales pero también el hecho de que
es uno de los pocos precios manejados administrativamente por el
estado lo que de hecho significa una
facilitación

Consumo de alimentos en ítems
seleccionados de acuerdo a deciles de ingresos

Elaborado en base a información
de INE (2010)

Monografias.com

Si asociamos el primero de los ítems referenciado
con el segundo, entre ambos concentran 22,4 % y 19,2 %
respectivamente lo que es un claro indicador de la calidad de la
dieta seguida. El cuadro se agranda si agregamos papas y
boniatos. Curiosamente el consumo de agua embotellada, refrescos
y jugos se ubica en un lugar destacado por encima del gasto en
carne. De modo gráfico podemos concluir que se prefiere
una Coca Cola a un trozo de carne, ello pese a la
tradición cultural de nuestro país.

En lo referente a la cantidad y refiriéndonos a
Montevideo si comparando el consumo del 2do decil con respecto al
8vo y el 9no el primero alcanza el 56,4 %. Trasladado este
relacionamiento a los demás ítems consignados en el
cuadro encontramos los siguientes valores: calorías 69 %;
proteínas 66 % y calcio 54 %.

Del conjunto de la información que hemos
procesado surge con claridad que hay una diferenciación
cuantitativa y cualitativa en cuanto al consumo de alimentos de
acuerdo a la posición que se ocupa en la
distribución de la riqueza. Hay un verdadero abismo entre
los consumos de proteínas y calcio por ejemplo que dan
cuenta que lo que comienza como una diferenciación social
se va traduciendo generación tras generación en una
diferenciación corporal e intelectual. Las oportunidades
de desarrollar plenamente su cuerpo y mente están acotadas
desde el nacimiento mismo. la pobreza tiende, con el paso de las
generaciones a crear un fenotipo determinado que lo diferencia
del resto y que limita sus oportunidades de desarrollo pleno.
Nuevamente debemos volver a la frase que colocáramos en el
acápite de este trabajo. Gente é pra brilhar,
não pra morrer de fome".
En este punto incide de modo
muy fuerte una pauta cultural que juega un rol de primer orden a
la hora de establecer prioridades.

b. Perfiles educativo-formales. En este punto se
cruzan diferentes líneas de reflexión que
señalan acentos distintos que surgen de la lectura de la
realidad. Por una parte, tenemos planteado el problema no ya de
la accesibilidad al sistema educativo, mayoritariamente
público, sino de la permanencia en él. Por otro
lado, tenemos los niveles deficitarios en cuanto a logros que
alcanzan los pobres en su tránsito por las aulas. Por
último tenemos planteado un problema muy profundo que se
vincula al desfasaje que se produce en el terreno de la
significatividad en el sentido en que manejara la
expresión Ausubel. Todo ello nos obliga a diferenciar
distintos pliegues del problema.

Uruguay ocupa los primeros lugares en cuanto a la
penetración de su sistema de enseñanza primaria.
Prácticamente el 100 % de los uruguayos ingresó a
la escuela y terminó el ciclo. Hay una larga
tradición que ha llevado a instalar de modo muy fuerte lo
escolar dentro del imaginario colectivo nacional. Apenas
terminado el ciclo escolar asoma la enorme diferencia que se
amplía sin cesar a medida que pasan los años. El
siguiente gráfico es por demás
elocuente.

Asistencia al sistema de
enseñanza según edad y pertenencia a los sectores
de ingresos señalados.

Fuente: Ministerio de Educación
y Cultura
[17]

Monografias.com

A los 22 años mientras el 20 % más rico
permanece en el sistema educativo casi en un 70 %, los más
pobres, se ubican por debajo del 10 %. Ambos grupos son casi
imágenes invertidas que beneficia a quienes ocupan los
deciles más ricos en detrimento de quienes están en
los dos primeros. Si bien en estos últimos años
algo ha variado en los porcentajes, la estructura descripta se
mantiene. Los sectores más pobres no alcanzan a obtener
todos los beneficios que proporciona el sistema público
por lo que hay instalada un mecanismo diferenciador es este
terreno. A los 13 años los más pobres comienzan a
desertar del sistema formal de enseñanza. Esa masa de
jóvenes que abandona el aula, no se encamina hacia el
mundo laboral formal. Esto es claramente demostrable a partir de
los porcentajes de desocupación que afecta a la
población joven. Veamos las cifras las que más que
la exactitud con el presente nos interesa marcar la tendencia
general que se observa.

Porcentajes de desocupación de
jóvenes de 14 a 19 años.

(Por departamento)

Fuente INE. 2006

Monografias.com

Mientras desde todas las tribunas se reconoce la
necesidad de una mejor preparación a los efectos de
integrarse al nuevo sistema productivo. Mientras la teoría
del capital humano insiste en que es necesario elevar los niveles
educativos de la población trabajadora de modo de que
puedan incrementar su productividad y sean capaces de adaptarse a
los incesantes cambios.

Sin pretender sino el haber efectuado un muy ligero
esbozo del problema que enfrentamos, es evidente que el mismo
reviste tal gravedad que pone en riesgo la integrabilidad, la
convivencia y la gobernabilidad de nuestro país en el
futuro. Si no se procede a un cambio radical de las estructuras,
la pobreza terminará hipotecando el futuro nacional
así como los espacios urbanos los que se terminaran
atomizando en barrios privados y guetos. El problema será
sobrevivir en medio del "natural"
enfrentamiento.

febrero de 2013.

 

 

Autor:

Profesora Stella
Cóppola

Magister Douglas
Ifrán

[1] Daniel V. Loustaunau. El Uruguay feliz:
imagen y memoria 1918 – 1933. Ediciones Cruz del Sur.
Montevideo 2012.

[2] Jorge Bralich. Los textos escolares como
instrumento ideológico. Universidad de la
República. 1990

[3] Oscar Lewis. la cultura de la pobreza.
Pensamiento Crítico, Habana, nº 7, agosto de 1967
Página 54.

[4] Oscar Lewis. Obra citada página
54. (subrayado propio)

[5] P. Townsend. . Citado por Julio Boltvinik
7 P. Townsend. “The meaning of poverty”, (British
Journal of Sociology, N° 8,pag 225. Citado por Julio
Boltvinik

[6]

[7] Armyte Sen. Sobre Conceptos y medidas de
Pobreza

[8] Armyte Sen. Obra citada.

[9] Citado por Ralpf L. Beals y Harry Hoijer.
Introducción a la antropología. Aguilar1977.
Madrid. España. Pág. 262

[10] Paul Spicker obra citada página
299

[11] Joan Mac Donald. Pobreza y precariedad
del hábitat en ciudades de América Latina y el
Caribe. Cepal. Santiago de Chile. Serie Manuales. Nº 38.
2004

[12] Néstor Campiglia.
Migración interna en el Uruguay. Universidad de la
República. Depto de Publicaciones. Página 49. No
tiene año de edición.

[13] Luís Faropa. Políticas
para una economía desequilibrada: Uruguay 1958 –
1971. Ediciones de la Banda Oriental. Montevideo. 1982.
Página 13

[14] Zygmunt Bauman. Vida líquida.
Editorial Paidós. Buenos Aires. 2007. Página
12.

[15] Z. Bauman. Vidas desperdiciadas.
Editorial Paidós. Buenos Aires. 2006. Página
43

[16] Luis Bértola, Jorge
Álvarez (Unidad Multidisciplinaria, Facultad de Ciencias
Sociales,UdelaR)Desarrollo y desigualdad: miradas desde la
historia económica. Incluído en Pobreza y
(des)igualdad en Uruguay: una relación en debate Miguel
Serna (Coord.) Universidad de la República.

[17] Vale la pena consignar que en sus rasgos
generales no se aprecia un cambio significativo desde aquella
fecha a la actualidad.

Partes: 1, 2
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